
Obviamente, la masa es la base de todas las pizzas, y aunque siempre va a depender del gusto de cada persona. Desde la masa delgada, pasando por la masa gruesa y hasta una que tiene bordes rellenos, existen muchos tipos para deleitarse. También es posible encontrar otros ingredientes que son añadidos a la masa básica, para brindar un sabor característico diferente.
Masa para pizza extradelgada
Una masa extremadamente delgada, que sea un poco tostada y que cruja al momento de ser mordida, es uno de los sueños de miles de personas. Las pizzas con masa delgada se encuentran en la mayoría de los menús de las pizzerías alrededor del planeta y son llamadas “pizza estilo New York”. Para lograrlas, simplemente se estira la base hasta que quede muy fina (aproximadamente medio centímetro de grosor). Se debe tener cuidado con el tiempo de horneado, para que no se queme.
Masa para pizza intermedia
Como su nombre lo indica, este tipo de pizzas entran en el promedio. Son las que comúnmente sirven en las pizzerías, ajustándose al estándar: ni muy delgadas, ni muy gruesas. Normalmente varían desde el medio centímetro hasta un centímetro de grosor.
Masa para pizza gruesa
A partir de un centímetro de grosor, se considera la pizza con masa gruesa. Aunque no es muy solicitada, igual es posible pedirla de forma “especial”. En ellas, el proceso de cocción debe ser unos minutos más largos, de forma tal de estar seguros que se ha completado con éxito.
Pizza con bordes rellenos
Esta innovación surgió hace varias décadas dentro de las variaciones de las pizzas y fue toda una revolución al momento de su aparición. Nace de la idea de aprovechar el “desperdicio” del borde de la masa, ya que a muchas personas no les gusta y simplemente lo desechan. Al principio, el relleno era de queso, y luego se llevó a otro nivel, incluyendo jamón y hasta salchicha.
El queso mozzarella tradicional, no puede faltar en una pizza. Sin embargo, hay otros quesos que le aportan un sabor especial y mayor gratinado; se derriten mejor y crean una capa burbujeante, que hacen una pizza perfecta a la vista y dan al paladar una experiencia diferente. Entre la variedad de quesos de la pizza, se pueden encontrar:
El queso mozzarella: clásico de clásicos
El queso mozzarella es un protagonista histórico por excelencia de las pizzas. Su capacidad para fundirse fácilmente y soltar un poco de aceite es perfecta para darle el toque final a la cocción. No obstante, es importante que sea de calidad, ya que puede presentar un exceso de grasa que generaría un impacto opuesto a lo deseado.
También es fácil de esparcir sobre la pizza, de forma rallada o en trozos finos.
Pizzas con queso gouda
Al comenzar con ciertas variaciones, nos encontramos con esta estupenda alternativa como primer paso para no ser tan aventurados. Elaborar las pizzas con queso Gouda, dará como resultado un toque diferente pero sutil, que combina muy bien; puede usarse la versión ahumada si se busca un sabor más marcado.
Pizzas con queso parmesano
Una pizza con queso parmesano demostrará carácter y personalidad. Su aroma intenso y sabor un poco picante, combinado con un queso más neutro (como el mozzarella), es la combinación perfecta. La mejor forma de utilizarlo es rallarlo, para que quede decorativo y se funda equitativamente.
Queso roquefort, pizza inolvidable
Si lo que se desea es destacarse del resto, indudablemente una pizza con queso roquefort es lo ideal. Será el protagonista del plato, aportando un delicioso sabor y una excelente textura. Se recomienda su combinación con un queso neutro como el mozzarella.
¿Y la salsa de tomate?
Aunque la nombramos de última, no es menos importante la salsa de tomate en la pizza. Es fundamental su elaboración con ingredientes frescos, que resalten y denoten calidad. En todo caso, pueden utilizarse tomates o puré de tomates en lata, pero de calidad superior.
Otra característica es su espesor, ya que no puede ser tan ligera de textura. Entre los tipos de salsa de tomate de una pizza, se destacan:
- Napolitana o marinara. Es la salsa de tomate básica para cualquier pizza, hecha con tomates, pasta de tomate, orégano y albahaca.
- Boloñesa. Esta deliciosa salsa incluye carne molida y es una gran variación de lo tradicional en una pizza.
- Arrabiata. La salsa arrabiata para pizza, incorpora como ingrediente adicional el pepperoni.
- Amatriciana. Esta salsa es la favorita de muchos, ya que tiene tocineta (o panceta) y albahaca.
- Puttanesca. La salsa puttanesca es una de las más especiales, ya que tiene el toque de la brasa que le brindan los tomates asados.
En conclusión, todo depende de los gustos. Desde los más clásicos o convencionales, hasta los más osados. La pizza es una comida muy versátil, que permite ser combinada de muchas maneras y acepta innovaciones casi de cualquier tipo.